martes, 20 de octubre de 2015

Atavío y Puñal

Con la hoja de periódico empapada
por un llanto larguísimo y feroz,
la mujer tapa el día, los cristales,
las losas de cerámica, las puertas,
los techos enlutados y ofendidos.
De las letras de molde se destila
un agua negra como un río de odio
que pudre las manzanas del frutero
y resaca la albahaca, el corazón.
Los peces que dormían en el frigo
se escarchan y fracturas en esquirlas,
y los espejos sangran lentamente
un río de odio denso como el mal...
M.Ángeles Pérez López