Estoy Bartok de todo,
bela
bartok de ese violín que me persigue
de sus fintas precisas,
de las sinuosas violas
de la insidia que el oboe propaga
de la admonitoria gravedad del fagot,
de la furia del viento,
del hondo crepitar de la madera
Resuena bela en todo bartok: tengo
miedo.
La música
ha ocupado mi casa.
Por lo que oigo,
puede ser peligrosa.
Échenla fuera
Ángel González
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